¿Es acné? ¿O es algo más?

Siempre es molesto tener un granito, y muchas veces encontramos algunos en partes que nunca imaginaríamos, ¡como en la espalda! Si te ha pasado, no estás sola. Te explicamos cuando ese granito de la espalda es un poco de acné, o si tal vez es un tipo de acné causado por un hongo.

Primero lo primero 

Esos granitos rojos tan molestos pueden deberse a una condición llamada foliculitis, la inflamación de uno o más foliculos de la piel. Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo, menos en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Pero, cuando un hongo inflama los folículos pilosos de la piel y causa protuberancias parecidas a granos, se le conoce como acné ocasionado por hongos. 

No, ¡por favor!

No te preocupes, es más común de lo que crees. Nuestra piel alberga un montón de hongos, así que es súper normal. Pero cuando este delicado balance se sale de control, se puede desarrollar un crecimiento excesivo de hongos, que a su vez puede provocar irritación de la piel, inflamación y acné por hongos.

¿Por qué sucede? 

Échale un vistazo a tus hábitos. Por ejemplo, ¿vas a desayunar directo de tu clase de spinning sin cambiarte? ¿Utilizas ropa muy ajustada? Esto puede ocasionar brotes en la espalda y otras partes del cuerpo, como el pecho y las pompas. 

¿Cómo lo identifico?

• Granitos pequeños y de forma uniforme.
• Piel enrojecida.
• Sensibilidad o hinchazón.
• Picazón.
• Granitos que suelen aparecer en la frente o en la parte superior de la espalda. 
• Pasan una y otra vez, casi siempre en el mismo lugar. 

¿Cómo lo curo?

Como siempre, la prevención es clave. Puedes intentar algunos de nuestros consejos para evitar tener más brotes de acné por hongos.

• Usa ropa suelta y transpirable (como el algodón) cuando hace calor y hay mucha humedad.
• Olvídate de usar ropa sudada después de hacer ejercicio e intenta bañarte lo antes posible.
• Lava tu traje de baño después de cada uso y déjalo secar antes de volver a ponérselo.

Si nada de esto hace que mejore tu acné, puedes intentar con alguna crema anti-acné, o acudir a un dermatólogo. Recuerda que existe una solución, ¡y muchas veces está en tus hábitos!